Tres décadas hace que prendió primero la Historia y luego una de sus técnicas "colaterales" la Arqueología. Desde entonces tantos paisajes, tantos lugares y en todos siempre un detalle, que nos deja un jirón de recuerdo. Por ello esta "arqueología colateral" aspira a recuperar retazos de aquellos viajes, estancias, personas, lugares que hemos surcado en pos de la labor cotidiana de la arena entre los dedos, la criba del hueso, de la astilla oxidada que un día clavo fue...

domingo, 16 de junio de 2013

Úbeda




Cuando se ha doblado la bisagra del medio siglo, quedan menos paisajes inéditos y el viaje nos desembarca en lugares atesorados en décadas previas. Ayer volvimos a Úbeda desde la Carolina. La estribación sur de la Sierra Morena troca encina por olivo y desde la cornisa de Vilches el valle del Guadalimar se alfombra de pardos pies coronados de verde mate. En la cota inferior, el río retenido en embalse espejea en la tórrida tarde de junio.

Al inicio de la Corredera de San Fernando varios taxistas conversan fuera de sus vehículos. Nos indican amablemente como aproximarnos, evitando el dédalo peatonal, al hotel María de Molina, en la plaza del Ayuntamiento. Cuando llegamos descubrimos que pared con pared del hotel, la legendaria estirpe alfarera ubetense de los “Titos”, tienen abierto un verdadero santuario de cerámica vidriada con el verde intenso, sello de identidad de la casa. El fundador, Juan Martínez Villacañas “Tito”, es uno de los alfareros que destacan en la segunda mitad del siglo XX, junto con Punter en Teruel, Sanguino en Toledo, Pedro Mercedes en Cuenca, Ruiz de Luna en Talavera, Lario en Lorca y Mezquita en Andújar. Alfareros con nombre y apellidos, que con mayor o menor continuidad y en ocasiones acierto, mantienen una artesanía adaptada a un presente más decorativo que utilitario.

Pero volvemos a las calles de Úbeda, a la misma Corredera de San Fernando, donde ahora andando, llegamos al Centro de Interpretación Olivar y Aceite de la Comarca de la Loma de Úbeda. Allí asistimos a la presentación del libro ““El Sector de Elaboración de Aceite de Oliva: un Estudio Multidisciplinar” a cargo del Centro Internacional de Excelencia para Aceite de Oliva de GEA Westfalia Separator Ibérica, S.A. y la Asociación Olivar y Aceite Comarca de La Loma. Desde inicios del presente 2013 estamos desarrollando un proyecto de dinamizacion y didáctica para el Museo del Aceite de Puebla de Almenara (Cuenca) y la convocatoria era ineludible para nosotros, ya que no es frecuente la publicación de textos donde se aúnan artículos sobre oleocultura y actualidad almazarera, con otros que recuperan el pasado de las explotaciones e industrias de la Andalucía de siglos recientes.

Presentó el acto D. José Luis Romera Vizcaíno, presidente de la mencionada asociación ubetense, quien cedió la palabra a D. Juan Vilar Hernández, Consejero Delegado de GEA Westfalia Separator Ibérica, S.A. y a D. Rafael Cárdenas García, Director General del Centro Internacional de Excelencia para Aceite de Oliva, integrado en la anterior firma. Nos sorprendió y agradó considerablemente la apuesta por la excelencia y el conocimiento que impulsa GEA, ya que además de ser una de las mayores empresas en maquinaria para la extracción del zumo de la aceituna a nivel global, también dedica parte de tiempo y recursos en propiciar proyectos de investigación y publicaciones como la que se presenta en el evento. A continuación, nos resultaron muy interesantes y esclarecedoras las palabras de los profesores D. Manuel Moya Vilar y D. Vicente Gallego Simón, de las universidades de Jaén e Internacional de Andalucía, una de cuyas sedes se halla en la cercana Baeza. Concluyo el acto el Dr. D. Manuel Parras Rosa, Rector Magnifico de la Universidad de Jaén que en una acertada alocución esbozó el panorama actual de la oleocultura andaluza en una tierra global, donde casi medio centenar de paises son ya productores de aceite de oliva.

Tras la visita al Centro de Interpretación, de reciente apertura en la antigua “Casa de la Tercia”, espacio de mas de un millar de metros cuadrados, recuperado a la entrada del casco histórico de la ciudad declara Patrimonio Cultural de la Humanidad, tuvimos ocasión de asistir a un vino español ofrecido por nuestros anfitriones. En este momento, que se desarrolló en el patio donde se exponen aperos y maquinaria relacionadas con la oleocultura histórica, pudimos departir amigablemente con D. José Luis Romera Vizcaíno,  verdadero impulsor de esta iniciativa que tiene visos de convertirse en referencia fundamental del oleoturismo y necesario ámbito de estudio, reflexión y debate sobre este fundamental sector de la economía andaluza. Tambien saludamos a la gerente del centro de interpretacion, Dña. Soledad Román Herrera a quien felicitamos por el inicio de la andadura del proyecto, asi como por la esplendida realidad del mismo, espejo en el que habran de mirarse futuras iniciativas similares.

Ya en las calles del interior de la Úbeda amurallada volvimos a quedar sobrecogidos por la sinfonía de la caliza cuadriculada en ocres sillares, Renacimiento del norte de Sierra Morena, acrisolado con los mejores maestros y alarifes del Reino de Jaén. Pero no solo el espectáculo de la luz y la sombra de las cornisas, de las rejas, de los balcones, de los parteluces, sino del reverbero de la cal en las calles estrechas en contraposición a la umbría intuida en los rincones más alejados, donde aleros, portones y postigos ventaneros, trazan las líneas de fuga de una perspectiva forjada en medio milenio.

A la mañana siguiente hemos de partir rápidos, apenas detenernos para admirar como los centenarios olivos llegan casi a los pies de la muralla, como un pacífico ejército de inmóviles soldados. Debemos volver a Puebla de Almenara, pues tenemos una importante reunión enmarcada en el proyecto didáctico y museográfico. No obstante volvemos por otro camino... Sabiote, Navas de San Juan, Arquillos y de nuevo la cornisa de Vilches, viajando en un verdadero túnel verde que apenas deja una línea de cielo azul sobre nuestras cabezas. Creemos que este es el primer retorno, de una larga serie, a una tierra de la que tenemos aún mucho que aprender.